Un dolor de cabeza para la UPR

Más que una fuente de ingresos no explotada o una cuenta de reserva que se puede tocar en caso de emergencia, las propiedades que la Universidad de Puerto Rico (UPR) ha heredado durante las últimas décadas son un dolor de cabeza para la institución, que a duras penas puede conseguir compradores para que las saquen de sus manos.

El sistema universitario no tiene un inventario completo de todas las propiedades de las que es propietario, reconoció el director de la Oficina de Desarrollo Físico e Infraestructura de la UPR, Fernando Plá.

No obstante, un listado de 19 propiedades que ya han sido transferidas a la UPR o que están en proceso de pasar a sus manos tienen un abanico de características en común: residencias en zonas rurales aisladas, con infraestructura en malas condiciones y aquejadas por problemas legales atados a las leyes de sucesión o la división de bienes matrimoniales.

En total, estas tienen un valor de $1,088,000. Y, si hay interesados, todas están a la venta.

“Si uno mira esas estructuras, son casitas hechas sin permisos. Presumo que en la parte de al frente (del terreno) vivía la mamá, el papá, y decidieron en un momento hacer una casita atrás para el hermano, el nene, la sobrina... Se hizo sin permisos, así que ahora no hay Registro de la Propiedad, no hay permisos de construcción, no hay nada”, expresó Plá sobre el estado y algunos de los problemas legales que enfrentan las residencias que han recibido.

Hay algunas excepciones a la norma, como un apartamento en Isla Verde que la UPR heredó hace unos años. Pero el problema sigue siendo el mismo, la UPR no tiene un uso para ese espacio, sostuvo Plá.

Herencia por ley. El Código Civil de 1930 establece que, cuando una persona muere sin herederos, sus propiedades serán transferidas a la UPR. Pero el proceso no es automático, explicó el funcionario.

“Las propiedades pasan primero al Estado Libre Asociado, después puede tardar varios años en lo que las propiedades nos llegan. Realmente, lo que nos llega es una carta informando que somos dueños de una propiedad, pero probablemente han pasado tres, cuatro, siete años desde que la persona muere hasta que pasa a manos nuestras”, detalló Plá.

No obstante, mientras están en ese limbo legal, muchas cosas pueden pasar. En lo que la UPR se enteró que era dueña de un terreno en Ponce, unas 25 casitas fueron construidas allí por un grupo de personas que no tenían permiso para ello; en Vieques, una casa que está en el catálogo de propiedades...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR