Sin fecha de retiro

Flor Amelia García Marrero detestó el curso de secretarial que tomó en escuela superior y no comenzó a estudiar en la universidad hasta sus 38 años, pero ha tenido una productiva y extensa vida laboral que se ha extendido hasta el presente. Tiene 81 años."Cuéntame algo de ti". Fue lo primero que me dijo, en tono tierno, al comenzar lo que debía ser su entrevista. Luego me aseguró que no le gusta el protagonismo, pero que nunca ha rehuido ninguna tarea, aunque implicara asumir el liderato y ser la cara de algún proyecto o empresa, porque siempre ha hecho lo que ha creído que es su responsabilidad. "Nadie me quita lo baila’o".Por eso, tomó el curso de secretarial en escuela superior, siguiendo el consejo que le dio su madre, quien "entendió que era la forma en que podía ganarme la vida más rápido yo. Yo odié el secretarial, pero la taquigrafía me vino muy bien y la usé toda mi vida, y la uso todavía".De ahí en adelante -la entonces joven de 18 años, natural de Santurce y criada en el residencial Bartolomé De Las Casas- tuvo tantos empleos como pudo. "Es que yo he tenido como dos vidas, empecé a trabajar a los 18 y tengo 81", destacó."Trabajé en muchos sitios porque oí a alguien decir que la educación se podía obtener también con la experiencia y me puse la meta de cambiar de trabajo cada año y aprender algo nuevo".Así, trabajó en medios de comunicación, con la familia propietaria de la Clínica Juliá, entre otras empresas, y por unos años se hizo cargo de cinco niños que habían quedado huérfanos, hasta que decidió estudiar.Entró en lo que se conocía como el Instituto Internacional de las Américas, de la Universidad Mundial, e hizo un bachillerato y una maestría en Administración Comercial y tomó cursos conducentes al doctorado. En esa institución laboró por 20 años, seguidos por otros 25 años en los que custodió los expedientes de los estudiantes, luego que la institución cerrara, en carácter de voluntaria, "porque esos estudiantes necesitaban transcripciones de crédito".De su trabajo en la Universidad Mundial y del desarrollo profesional que obtuvo allí, nació su próximo proyecto.Preside una escuela"Me di el lujo de organizar una escuela, que se conoció como el Instituto de Educación Holística y que tenía la filosofía de la Universidad Mundial", señaló sobre la institución que atendía jóvenes que habían abandonado la escuela."Estuvimos 10 años y sacamos de la calle más de 700 jóvenes que eran brillantes. Ahí entendí que los que estaban...

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