FEMA y la cuarta burbuja financiera

Desde principios del actual siglo y milenio, los puertorriqueños hemos tenido que aprender a coexistir con burbujas financieras. Desde entonces hemos tenido que lidiar con correcciones de los mercados, que han erosionado gran parte de la riqueza que el país había acumulado en las últimas tres décadas. Por burbuja, me refiero al proceso de valorización sin verdaderos fundamentos de un activo financiero o físico. Cuando la burbuja explota, los valores caen precipitadamente, creando grandes pérdidas.He estimado que entre el 2008 y el 2013, las tres burbujas que describiré en breve, representaron pérdidas por $60,000 millones en capital local.La burbuja de los bienes raícesEn el 2008, los valores de los bienes raíces comenzaron a caer de forma abrupta, ocasionando grandes pérdidas a los propietarios de hogares y empresas. El valor de las propiedades comerciales y residenciales, comenzó a caer en espiral, algo sin un paralelo en la historia moderna de Puerto Rico. Lo más parecido a lo ocurrido en el 2008, fue en el período de 1973-1975, cuando la economía entró en recesión por la crisis petrolera.La burbuja bancariaLa segunda burbuja se creó en el sector bancario, que se benefició de la expansión posiblemente desmedida del crecimiento del sector de los bienes raíces entre el 2000 y el 2007. La banca expandió la oferta de crédito como nunca antes para financiar desarrollos comerciales y de vivienda, que eventualmente según la economía entraba en contracción comenzaron a perder sus valores. El valor de los títulos bancarios llegó a niveles históricos entre el 2006 y el 2008, antes de caer en un desplome. Eventualmente, tres bancos entraron en insolvencia, obligando a una de las mayores consolidaciones en la historia del FDIC, a un costo de $5,000 millones para el regulador federal.La burbuja de la deuda públicaEntre el 2009 y el 2012, se comenzó a desinflar la tercera burbuja, asociada a los bonos emitidos por el gobierno de Puerto Rico. Luego de un proceso de un endeudamiento sin precedentes, en el 2013 explotó la tercera burbuja, provocando la caída de los precios de todos los bonos emitidos por emisores gubernamentales. En febrero de 2014, las principales firmas clasificadoras de crédito, degradaron a chatarra a todos los emisores de deuda, marcando el final de una era de endeudamiento y mala gestión fiscal. En el 2015, llegaron los primeros impagos de la deuda y en el 2016, para evitar un apocalipsis financiero, el Congreso de los Estados...

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