Involución legislativa y crisis de confianza

MARCIA RIVERA

SOCIÓLOGA Y ANALISTA

Los problemas verificados están relacionados con la baja calidad del trabajo legislativo, investigativo y de fiscalización que debe hacerse; con el altísimo costo que representa para el erario público; con la falta de capacidad y principios éticos de muchos legisladores; con la ineficiencia, la arbitrariedad y el clientelismo que caracterizan la gestión legislativa; con la creciente subordinación al Poder Ejecutivo, y sobre todo, con el ambiente de privilegios, desfachatez e irresponsabilidad que persiste en la Casa de las Leyes.

Sin duda, en cada cuerpo hay personas responsables, comprometidas y serias que hacen su trabajo lo mejor que pueden, pero en un contexto que no favorece la excelencia.

La reforma legislativa que necesitamos es urgente, pero no debe ser hecha a la carrera. Por el contrario, por su complejidad, por la necesidad de que responda a las necesidades reales del país, debe pensarse bien, basarse en evidencia sólida, consensuarse entre las diversas fuerzas políticas y la ciudadanía, y debe ser, además, integral y abarcadora. Reducir las compensaciones de los legisladores y los costos de operación es sólo una pequeña parte -si bien la más perceptible y sensible para la ciudadanía- de un problema más serio y profundo, que requiere de mucho diálogo y de decisiones concertadas a fin de que la reforma pueda ser efectiva y duradera en el tiempo. Improvisar, como parece haberse hecho en el proyecto aprobado hace unos días en la Cámara de Representantes, puede ser el peor de los remedios y puede hundirnos en una crisis de larguísima duración.

Reconociendo que hay que terminar inmediatamente con el abuso de privilegios como son los pagos de dietas, los vehículos, los chóferes y los celulares, considero indispensable discutir sobre la función legislativa en sí misma, cosa que no se ha hecho. Optar a la ligera por reducir a jornada parcial el trabajo legislativo para reducir costos puede generar problemas muy complicados.

Nos eriza pensar en los conflictos de intereses o en el uso de propiedad pública para fines privados que puede generar esta modalidad. Todos conocemos bien la laxitud de las comisiones de ética legislativa.

El Poder Legislativo deberá enfrentar desafíos inmensos en este cuatrienio porque...

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