Navega por otras costas literarias

La escritora Mara Pastor va ofreciendo las coordenadas por mensaje de texto. "Voy de camino", escribe desde su celular cuando el reloj todavía no ha marcado las 12:00 p.m. "Ya llegué. Estoy en el lobby", agrega minutos más tarde cuando se asoma puntual en la redacción del periódico con su melena al viento. Viene desde Ponce, donde vive hace tres años, luego de haberse reinstalado en Puerto Rico.Antes estaba en México, haciendo un postdoctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México, pero regresó en el 2015 en busca de su vernáculo y del abrazo de la familia, luego de diez años viviendo en otras latitudes. Ese volver trajo consigo una nueva movilidad: Carro, carretera y pie de protesta. También le dio una Isla, no solo esta de mar y tierra, sino una hermosa niña que nació el año pasado.Todo ese camino, lo traza en su nuevo poemario "Falsa heladería", publicado el año pasado por Ediciones Aguadulce. Esta vez, Mara presenta poemas más testimoniales con los que cuestiona diversos temas políticos, como la deuda del país o la contaminación ambiental. También poetiza sobre eventos dolorosos e incómodos, enfila su mirada contra el machismo y juega con lo que se nombra para renombrarlo. El libro se divide en tres partes, "Los bustos de Martí", que Mara lo cataloga como la parte más internacional ,ya que muchos de los poemas fueron escritos durante su estadía en México; seguido de "Paraíso perecedero" y "Deuda natal", que tiene que ver sobre su regreso al país. Hay poemas testimoniales, líricos y otros más herméticos. Aquí también hay mucho de las nuevas/viejas bregas del trabajo, de las mujeres y de esas heridas de la deuda y las falsas promesas que nos han dejado rotos. El título del libro, precisamente, tiene que ver con esa fractura, como explica Mara."'Falsa heladería' es un poema de una anécdota familiar porque mi hermana se quedó sin trabajo en la UPR y de repente regresó a casa de mis papás, como mucha gente ahora que ha vuelto a casa de sus papás. Una de las ideas que tuvo para salir de ese momento, para poder sobrevivir, fue hacer helados para venderlos en la urbanización. Y pensé cómo de repente todos vivimos una falsa heladería porque vivimos en cómo resolver la precariedad o la situación económica difícil con otros trabajos. He trabajado más que nunca en mi vida desde que volví", dice la escritora. Y no miente.A TODA COSTAAdemás de esta reciente publicación, Mara, quien es profesora de literatura en la Pontificia Universidad...

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