Vidas entrelazadas

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Con por lo menos un filme al año, el retiro no parece estar en los planes inmediatos del cineasta. Esto, en ocasiones, son buenas noticias y, en otras, deja a los cinéfilos que han seguido fielmente su trabajo con la interrogante de si unas pequeñas vacaciones no le vendrían bien.

Para bien o para mal, Allen recientemente ha estado de vacaciones en pantalla brincando de metrópolis a metrópolis europea, en los que los historiadores de cine de seguro nombraran la fase "Post-Nueva York" de su filmografía.

En "To Rome with Love", la ciudad titular le sirve de plataforma para entrelazar varias historias que van de lo simple a lo absurdo y no fallan en explotar el sentido del humor que ha caracterizado a Allen. Sin embargo, una evaluación minuciosa de la película nos deja saber que al director le sienta mucho mejor París que Roma.

Dentro de la filmografía del director, éste es un filme imperfecto que no obstante ofrece placeres de menor escala. El problema principal reside en la decisión creativa de no enfocarse en una sola historia y constantemente estar alternando entre el desarrollo de cada una de las narrativas. Cabe la posibilidad que escoger una le hubiera dado la oportunidad al guionista y director de igualar o superar sus logros en los filmes que han sido celebrados por la crítica y sus fanáticos; pero lo que llega a la pantalla, aunque no se puede decir que carece inteligencia y humor, es tan accidentado y diluido que está destinado a dejar una impresión extremadamente pasajera.

Por sí solas casi todas las historias resultan...

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