Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia - 34 D.P.R. 464
Emisor | Tribunal Supremo |
DPR | 34 D.P.R. 464 |
v.
No.: 2433
Visto: Abril 28, 1925, Resuelto: Julio 10, 1925.
Sentencia de Ángel Acosta, J. (Mayagüez), condenando al acusado por delito
de Asesinato en segundo grado. Confirmada, así como la resolución negando
nuevo juicio.
J. Alemañy Sosa, abogado del apelante; José
E. Figueras, abogado de El
Pueblo, apelado.
El Juez Asociado Señor Aldrey, emitió la opinión del tribunal.
El primer motivo de error que alega el apelante contra la sentencia que le
condenó a cumplir la pena de quince años de presidio con trabajos forzados
por el delito de asesinato en segundo grado es por haber negado la corte
inferior su petición de que el juicio fuera suspendido para otra fecha.
El abogado del apelante fué nombrado por la corte para la defensa seis días
antes del señalado para el juicio y al comenzar éste solicitó la suspensión
exponiendo que el acusado vivía en un barrio distante y que por las muchas
ocupaciones del letrado no había podido ir a dicho barrio para averiguar si
habría personas que pudieran declarar en favor de su representado; que
estuvo en la cárcel para ponerse a la voz con su defendido y solicitó de la
corte que fuera citado cierto número de testigos: que al comparecer dichos
testigos para el juicio tuvo una entrevista con ellos pero a pesar de ésta
entendía que no estaba en condiciones para celebrar el juicio.
No vemos en esas manifestaciones motivos fundados para que el juicio fuera
suspendido pues la solicitud se basaba únicamente en que pudieran haber
otros testigos que los propuestos por el acusado, sin alegarse motivo alguno
que pudiera dar justificación a tal posibilidad y en esas condiciones el
juicio no podía ser suspendido. En corroboración de esto los hechos
posteriores justificaron plenamente la conducta de la corte inferior pues
fueron examinados varios testigos de la defensa y el conjunto de la prueba
nos convence de que declararon todas las personas que conocían los hechos.
El segundo motivo de error se funda en haberse negado la corte inferior a
dar instrucciones al jurado respecto a que podía dar un veredicto de homicidio.
Hemos dicho en varias ocasiones que cuando claramente aparece demostrado por
la prueba que no se trata de un delito de homicidio sino de un asesinato, no
tiene necesidad el juez de dar instrucciones referentes al delito de
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Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia de 5 de Noviembre de 2003 - 160 DPR 592
...sino de un asesinato, no tiene necesidad el juez de dar instrucciones referentes al delito de homicidio." Véase: Pueblo v. Rodríguez, 34 D.P.R. 464, 466 (1925) (énfasis nuestro). [42] Véase, Pueblo v. Arroyo, 61 D.P.R. 411, 415 (1943); Perkins & Boyce, Criminal Law, ante, a la pág. 97; ......
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Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia de 10 de Marzo de 1954 - 76 D.P.R. 199
...podía demostrar circunstancias que demostraran la existencia en el acusado de un corazón pervertido y maligno. Pueblo v. Rodríguez, 34 D.P.R. 464, 467; v. Belardo, 50 D.P.R. 512; Pueblo v. Torres, 75 D.P.R. 231 ; 13 Cal. Jur. 603, sección 18. Para tal fin sus indicadas manifestaciones eran ......
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Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia - 50 D.P.R. 512
...Hubbard, 220 Pac. 315. Aunque no fueron discutidas tan directamente, hallamos apoyo para estas ideas en el caso de Pueblo v. Rodríguez, 34 D.P.R. 464. El apelante cita nuestra decisión en el caso de Pueblo v. Roldán, 27 D.P.R. 786. Allí resolvimos que la corte estuvo equivocada al decir "qu......
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Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia de 5 de Noviembre de 2003 - 160 DPR 592
...sino de un asesinato, no tiene necesidad el juez de dar instrucciones referentes al delito de homicidio." Véase: Pueblo v. Rodríguez, 34 D.P.R. 464, 466 (1925) (énfasis nuestro). [42] Véase, Pueblo v. Arroyo, 61 D.P.R. 411, 415 (1943); Perkins & Boyce, Criminal Law, ante, a la pág. 97; ......
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Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia de 10 de Marzo de 1954 - 76 D.P.R. 199
...podía demostrar circunstancias que demostraran la existencia en el acusado de un corazón pervertido y maligno. Pueblo v. Rodríguez, 34 D.P.R. 464, 467; v. Belardo, 50 D.P.R. 512; Pueblo v. Torres, 75 D.P.R. 231 ; 13 Cal. Jur. 603, sección 18. Para tal fin sus indicadas manifestaciones eran ......
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