Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia de 21 de Marzo de 1951 - 72 D.P.R. 308
| Emisor | Tribunal Supremo |
| DPR | 72 D.P.R. 308 |
| Fecha de Resolución | 21 de Marzo de 1951 |
72 D.P.R. 308 (1951)
CRUZ V. SUCESIÓN DE GONZÁLEZ
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
Clemencia Cruz, demandante, apelada y apelante
vs.
Sucesión de José Felipe González, etc., demandados, apelantes y apelados
Núm. 10166
72 D.P.R. 308
21 de marzo de 1951
Sentencia de R. Cordovés Arana, J. (San Juan), en acción sobre nulidad, reivindicación, daños y perjuicios y otros extremos, con costas y honorarios de abogado. Revocada y devuelto el caso.
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Récord--Inscripción o Anotación de Títulos en General--Su Validez o Nulidad--En General.--Los hechos que surgen del Registro, no las conclusiones del Registrador, son los determinantes de la validez de los títulos inscritos.
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Vendedor y Comprador--Derechos y Responsabilidades de las Partes--Compradores Inocentes o de Buena fe--Conocimiento del o Aviso al Comprador--Por el Registro de la Propiedad.--Uno que compra de otro que según el registro aparece como dueño no es un tercero hipotecario cuando los defectos de que adolece el título tanto de su trasmitente como el de los anteriores dueños constan del Registro en la inscripción extensa de una finca distinta a la cual hace referencia la de la adquirida por el comprador en cuestión.
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Marido y Mujer--Bienes (de la Sociedad Legal de) Gananciales Disolución--de la Sociedad Legal de Gananciales--Por Divorcio--Derecho de los ex Cónyuges a Disponer de los Bienes.--Disuelta la sociedad conyugal por sentencia firme de divorcio, el ex marido carece de facultades para vender bienes específicos de la misma. Mientras la sociedad no sea liquidada, él tan sólo puede enajenar la participación que pueda corresponderle en el acervo de la misma después de su liquidación.
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Id.--Id.--Carácter Legal de los Bienes Adquiridos por los Cónyuges--Presunción de Gananciales--Prueba del Mismo--Su Suficiencia--En General.--En el caso que exista controversia en cuanto a la naturaleza ganancial o privativa de bienes adquiridos durante el matrimonio y haya envueltos intereses de terceras personas que pudieran ser perjudicados por la decisión, la prueba para destruir la presunción de gananciales debe ser más fuerte y persuasiva que cuando la controversia se circunscribe al marido y a la mujer.
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Id.--Id.--Id.--Id.--Id.--Id.--Id.--La mera declaración de una esposa divorciada al efecto de que bienes adquiridos durante su matrimonio fueron comprados con dinero adquirido por ella antes de casarse, es insuficiente para destruir la presunción de ganancial de esos bienes, con mayor razón si su manifestación al efecto está contradicha por otras aseveraciones contenidas en una deposición que ella prestara y en la controversia existente en cuanto a la naturaleza ganancial o privativa de bienes hay envueltos intereses de terceras personas que pudieran ser perjudicados por la decisión que en el caso se dicte.
A. Miranda Esteves y R.
Martínez Alvarez, abogados de los apelantes apelados, esposos Tartak-Bejos.
José M. Valentín Esteves, abogado de los apelantes apelados, esposos Sapia- Román.
Felipe B. Montalvo y Heriberto Torres Solá, abogados de la apelada apelante.
OPINIÓN EMITIDA POR EL HON. JUEZ DE JESÚS
Los demandados, Cándida Román y la sucesión de su esposo Ramón Sapia y Salibe Tartak, así como la demandante, establecieron sendos recursos de apelación contra la sentencia dictada en el presente caso. Los demandados lo hicieron en cuanto a la totalidad de la sentencia dictada contra ellos; y la demandante en lo que respecta a aquella parte de la misma que declaró sin lugar la reclamación de los frutos producidos o debidos producir por las fincas de que están en posesión los demandados Salibe Tartak y Bernarda Bejos, que según la sentencia pertenecen privativamente a la demandante. Apeló ésta también del pronunciamiento que declaró con lugar la reconvención de los demandados últimamente mencionados, así como de la parte de la sentencia que declaró con lugar la reconvención de los esposos Rigual- Rubio.
[P310]
Conforme declaró probado el tribunal inferior, la demandante hace muchos años que reside en la ciudad de Nueva York. Allí conoció a José Felipe González con quien contrajo matrimonio en la ciudad de Filadelfia en el año 1923, fijando su residencia en la ciudad de Nueva York. Para la fecha de su matrimonio la demandante tenía economías que había acumulado siendo soltera, montantes a $12,000. Además su señora madre le había prestado antes del matrimonio la cantidad de $8,000, suma que juntamente con sus economías entregó a su esposo para invertirlas en bienes raíces en Puerto Rico. Con ese dinero González adquirió entre otras, la finca marcada en la demanda con la letra "C" que en la actualidad está dividida en las fincas 4002 y 6749 inscritas a nombre de los demandados Salibe Tartak y su esposa Bernarda Bejos. Al adquirir estos bienes, no hizo constar González que el dinero con que los compró pertenecía privativamente a su mujer, inscribiéndose todas las fincas como de la sociedad de gananciales. Posteriormente, el primero de febrero de 1933, el matrimonio entre la demandante y su esposo fué disuelto por sentencia de divorcio dictada en Nueva York habiendo González trasladado su residencia a Puerto Rico. Después de divorciados, González trató de conseguir que su ex esposa le confiriera un poder, sin resultado positivo alguno. En vista de esta negativa, González instó en la corte inferior el pleito núm...
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